En Rusia, las condiciones climáticas variadas tienen un impacto significativo en los procesos cinematográficos a lo largo del país. Moscú y San Petersburgo experimentan un clima continental húmedo. La ciudad de San Petersburgo se ve influenciada por el mar Báltico, proporcionando veranos cálidos y húmedos. Pero en los inviernos largos y fríos las temperaturas pueden descender hasta -30ºC en febrero. En julio y agosto, las temperaturas pueden alcanzar los +30ºC, ofreciendo un contraste notable.
En la región del lago Baikal, que incluye ciudades como Irkutsk y Ulan-Ude, las temperaturas extremas varían entre -20ºC y -40ºC durante enero y febrero. El lago Baikal se congela a finales de diciembre o en enero y permanece congelado hasta mayo. Marzo emerge como el periodo más propicio para la filmación, ya que las temperaturas son suaves, oscilando entre -5ºC y -15ºC, acompañadas de días soleados.
Sin embargo, el lugar más frío de Rusia, Oymyakon, en la región de Yakutia, enfrenta condiciones climáticas extremas con temperaturas que pueden descender hasta -70ºC. Estas condiciones extremas presentan desafíos únicos para la producción cinematográfica en la región, requiriendo medidas especiales para enfrentar el rigor del clima siberiano. A pesar de estos desafíos, las variadas condiciones climáticas en Rusia ofrecen una riqueza de escenarios y atmosferas únicas, lo que contribuye a la diversidad estilística de la cinematografía rusa.
